8/13/2016

Cadáver exquisito (Pablo, Martín, Pamela, Matías, AcuTarA)

Ésta es una carta que escribo en total desesperación. Eres la única persona que quizá me pueda entender.  Un teléfono cobró vida ante mi. La desgracia que arde de forma inmarcesible. Hay un grupo de ideas en las cuales no hay que confiar,  como hay una idea que hace cambiar de opinión. Y cambia la forma de estructurar lo inverosímil como si se estuviese horneando un pedazo de vida,  en un pedazo de greda hecho horno en mil pedazos.  Sus colores u orígenes que solían estar emancipados se desintegran sin dejar espacio al tiempo o a alguna lágrima caritativa. 
Alucinan los personajes al reencontrarse con aquel fuego una vez más.  Una vez más las cenizas se acumulan para ser barridas por una escoba más.
Huelo con algo raro,  me tiene de manos y atando cordones puedo imaginarme que se pasa solo por no poder sanarme en alma un macho y un sobrenombre como picho ventilan de a poco

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