7/07/2009

Ok, escribamos en estos cuadrados (Cadáver exquisito: Ángela, Max, Tomás))

Ok, escribamos en estos cuadrados culiados… escribamos, sigamos cantando a la nube en el sin sentido de… ah, sí, de los cuadrados… siempre es bueno recordar mantenerse dentro de sus límites, pero si llegara a olvidarlo ¿será posible? La realidad del olvido, o en el olvido. Cuando mi propia manipulación de lo debido estropea lo certero. Mis propias palabras pertenecen a un reino anexo e inconexo de la experiencia misma del presente vago, vagabundo y vagial… chucha, me fui en la volada…ah no, tú…¿yo, tú? Uff… no sé. Quizás fue la hormiga incandescente que entró en algún momento en que estaba… ah no, mentira, lo que pasa esque el volcán tiene solo dos colores… ¿uno, muchos, todos? No va a dejar de ser volcán por como yo lo vea, finalmente durante la erupción voy a querer ir mientras inevitablemente me voy, sin ver los colores indescriptibles del momento. La retina habla por nosotros…bueno…no habla, pero… ¡ah! Chucha ¿cuál es la volada? Ah… deberas, lo que pasa es que el cielo se volvió loco y se me cayó en la cabeza… qué onda la weá, ¿qué weá? No poh… el cielo insolente se me cayó en la cabeza y estalló en dos colores… ah, no, verdad, eran infinitos…no, la verdad no lo eran, lo creían, pero eso acaso no basta para serlo, amenos durante un solo instante que logra ser infinito… ¡no! ¡absolutamente sí! ¿Ah? Infinito como el porte de un circulo pequeño, tanto que no se puede ver con ojos humanos… No poh weón, sí hay que creer en el canto de las sirenas.