Qué es lo que piensa el calculador detrás de todo esto, gran jefe abnegado escondido tras la cortina del entendimiento cotidiano de los mortales? Me quieres explotar con tus ojos codiciosos enraizados sobre el olvido de los principios. Es un lugar donde reposo, un hotel donde descanso pagado con mi identidad, mis emociones y básicamente todo lo que me hace feliz. Identidad sádica subyacente de la realidad continua, imploro tu desintegración total e la faz de mi vida. No, no hay motivo para tu farsa, no hay motivo para tal crueldad tan calculada en propósito.
Caminos se unen apuntando en triangulación el provenir de una chispa de misterio certero, donde te escondes y ríes día a día, gozando quizás cada gota de lamento y esfuerzo sangriento desplomado en tu nombre, en pecado egoísta por arranque puro sustituto del guardia verdadero por el cual todos hemos pagado. Imploro que tu reino venga a la merced de los más débiles en esta masacre de unidades de experiencia.
El derecho sobre este caos sin nombre es otorgado por equidad. Equilibro de unidades sacrificables en un mundo aislado en otro donde solo existen espejos, un destello y la existencia de ángulos. La guerra civil es injustificable bajo el argumento de la oscilación sensitiva y palpitación vital en tan grande amplitud. La perspectiva es suficiente en medida de la precisión visoria del individuo o conjunto dueño de la experiencia adyacente.
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